El espacio que hasta 1969 ocupó la estación del ferrocarril Alcoy-Gandía es un problema para el Ayuntamiento desde que desaparecieron los edificios del tren en la década de los ochenta del pasado siglo. Se trata del mayor espacio sin urbanizar, por lo que permite acoger actividades que no caben en ningún otro lugar de la ciudad.

A la vez, desde hace una década existe la intención de organizar la plaza. La falta de financiación necesaria para dotar de un uso público a esta zona han ido retrasando la solución definitiva. De manera provisional, los distintos gobiernos municipales han ido actuando, mejorando las zonas de paso, organizando en aparcamiento y compactando el terreno.

La última reparación realizada fue en el mes de julio pasado. Se arregló con tierra el firme y se desbrozó toda la zona. El presupuesto fue de 17.000 euros. De momento, es la única obra que se realiza de vez en cuando, para no comprometer la urbanización que espera. Con las últimas lluvias intensas, el suelo vuelve a presentar baches y charcos.

El método utilizado, tierra compactada, produce cierta polémica entre el Gobierno municipal y el grupo municipal del Partido Popular en Alcoy. Para los primeros, se trata de una actuación menos costosa, con un impacto ambiental inferior y que no compromete el futuro. Sin embargo, en opinión del PP, se trata de “poner un parche”.

“El problema de los charcos que provocan las lluvias han vuelto a aparecer porque el uso de la tierra compacta no soluciona el que esta plaza sea cómoda para el uso de vehículos y peatones”, ha afirmado el concejal del PP, Santi Carbonell. En sus declaraciones, Carbonell ha reconocido que el Ayuntamiento “no tiene margen de maniobra económica para poder acatar de raíz el problema con el firme de esta plaza” y ha propuesto el asfalto como el material a aplicar.