
En nuestras comarcas asar embutidos como las longaniza blanca o roja, el chorizo o la morcilla es una tradición que combina sabor y técnica, a la vez que se convierte en motivo de reunión. En principio podemos pensar que hacer unas brasas y poner el embutido sobre una parrilla no tiene mucha ciencia, pero tal y como nos han explicado los expertos de Chimeneas Sirvent, hay trucos para sacar un mejor partido.
Tipo de leña y control del fuego
La elección de la leña influye directamente en el sabor y la cocción de los embutidos. En nuestra zona nos encanta el olivo y el almendro, con algo de sarmiento por su aroma y calor constante. Colocar los troncos en forma de pirámide favorece una combustión uniforme.
Si vamos a cocinar con llama abajo, es importante mantener un fuego medio, evitando llamas altas que puedan quemar el embutido por fuera y dejarlo crudo por dentro. No hay que tener prisa.
Cocinar a la brasa
Es más común por estos lares utilizar únicamente las brasas, evitando las llamas. De esta manera conseguimos una cocción más uniforme que reduce el riesgo de quemar el exterior del embutido mientras el interior permanece crudo. Para ello, es esencial esperar a que la leña se haya consumido y las brasas estén al rojo vivo, sin presencia de llamas. Colocar los embutidos sobre la parrilla a una distancia adecuada de las brasas garantiza una cocción lenta y homogénea, realzando los sabores naturales del producto.
Además, cocinar a la brasa sin llama minimiza la formación de sustancias nocivas que pueden generarse al exponer los alimentos directamente al fuego. Esta técnica, recomendada por los profesionales de Chimeneas Sirvent, es ideal para preservar la jugosidad y textura de embutidos como la longaniza y la morcilla, ofreciendo una experiencia culinaria más saludable y sabrosa.
Sazonado y preparación
El salado debe realizarse al final de la cocción, utilizando sal gruesa para resaltar el sabor sin deshidratar el embutido. Para sazonar, se pueden emplear especias tradicionales como pimienta negra o pimentón, que realzan los sabores autóctonos.
Estaría bien evitar un error que cometemos muchos: pinchar los embutidos durante la cocción, porque si la piel presenta orificios previos, se pierden parte de los jugos y, por tanto, sabor.
Tiempos de cocción y técnicas según el embutido
La verdad es que cuando hacemos barbacoa queremos olvidarnos de la tiranía del tiempo, pero hemos traído aquí unos tiempos de cocinado que sirven de orientación:
Longaniza: Asar durante 10-12 minutos, girándola cada 3-4 minutos para una cocción uniforme.
Chorizo: Cocinar durante 15-20 minutos, evitando pincharlo para conservar sus jugos.
Morcilla: Al ser precocida, calentarla durante 8-10 minutos a fuego medio, girándola suavemente para evitar que se rompa.
Consejos adicionales
Es importante mantener la parrilla a unos 20 cm de las brasas, porque así les llega a los embutidos un calor adecuado para la cocción de los embutidos. Además, debemos utilizar pinzas en lugar de utensilios punzantes evita dañar los embutidos. Después de asarlos, es recomendable dejar reposar los embutidos durante unos minutos para que los jugos se redistribuyan.
Ahora, a chuparse los dedos.
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