“No es una guerra, es genocidio”. Esta ha sido el grito que más se ha escuchado en la concentración en favor del pueblo palestino de Gaza que ha tenido lugar en la plaza Espanya de Alcoy este martes 27 de mayo. La intención, que el silencio no sea cómplice en este enfrentamiento, que ya ha costado más de 60.000 muertos, el 97% civiles palestinos, de los que casi una tercera parte han sido niños.

La complicada situación que vive ese territorio similar en extensión al de la ciudad de Valencia, pero que la triplica en habitantes, con cerca de de 2.100.000, se ha agravado en las últimas semanas debido al bloqueo de la ayuda humanitaria y a la intensificación de los ataques de Israel. El clamor internacional, ya prácticamente unánime, ha crecido especialmente después de los últimos ataques, que Tel-Aviv ha justificado asegurando que en esos lugares se encontraba alguna célula terrorista. El resultado de uno de los últimos bombardeos, el dirigido este lunes contra una escuela que servía como refugio, tuvo un balance de más de 36 muertos, la mitad niños.

La concentración organizada en Alcoy se ha producido unos días después del Día de la Nakba, una de las celebraciones palestinas más importantes. Nakba significa catástrofe y simboliza el éxodo obligado tras el final del mandato británico, la proclamación del estado de Israel y la decisión internacional de dividir los territorios y separar a sus habitantes. Recuerda los acontecimientos iniciados el 15 de mayo de 1948, con el desalojo de 615 localidades y la expulsión de 750.000 personas de sus hogares, dos tercios de la población de entonces. Con el paso del tiempo, la cantidad de refugiados ha crecido hasta casi los diez millones de personas.

Además del lema relativo al genocidio, los manifestantes en Alcoy también han mostrado consignas en favor del final del conflicto, en contra del comercio de armas con Israel y pidiendo el final de las relaciones diplomáticas de España con dicho estado.