
No hace falta que te expliquemos mucho: el verano trae sol, diversión y también cambios que afectan tu boca. Hay varias causas, pero fundamentalmente se producen porque el calor y la sequedad bucal alteran el equilibrio natural de las bacterias en la boca. Estas modificaciones favorecen que caries, gingivitis y mal aliento se vuelvan más comunes que en otras épocas del año. Además, hay que añadir otro factor: bajan nuestros niveles de hidratación y aumentan los snacks azucarados. Se distorsiona la rutina. Este cóctel resulta dañino para dientes y encías.
No cuidar la boca en esta época puede tener consecuencias reales. Las bacterias producidas por los azúcares y la sequedad destruyen el esmalte. Aparecen caries nuevas y empeora la sensibilidad dental. Las encías se inflaman y pueden sangrar. A medio plazo, esto complica la higiene diaria y aumenta el riesgo de infecciones.
Y no debemos olvidar los riesgos de la vida al aire libre. En Clínica Dental Barrachina lo tienen comprobado: los golpes y fracturas dentales suben en actividades veraniegas. Son accidentes sobre los que poco se puede hacer, pero sí debemos actuar sobre otro clásico del estío: el cloro de las piscinas, que puede incluso dañar la superficie de los dientes.
Recomendaciones para el verano
NIÑOS
Es fundamental reforzar la prevención. Llevar un kit bucal de viaje con cepillo, pasta, enjuague y cinta interdental facilita mantener la higiene tras helados y chucherías. Beber agua evita la sequedad y fortalece la saliva.
Para los golpes, usar protector bucal durante la práctica de los deportes en verano protege de fracturas. Va a ser complicado convencerlos, pero si se trata de actividades nuevas igual lo conseguimos y podemos ir ampliando hacia otras protecciones también causantes de accidentes, como el casco en la bici.
Por último, un clásico: no hay que abusar de bebidas azucaradas ni helados. Como va a ser complicado que nos hagan caso, podemos poner como remedio posterior una manzana fresquita después de la chuche.
ADULTOS
Ya con más conocimiento de causa, la clave para los mayoresestá en no relajar los hábitos. Aunque comamos fuera, debemos seguir cepillando al menos dos veces al día con pasta. Si no hemos cogido el cepillo y no estamos en casa, podemos echar mano de un chicle sin azúcar, pero sin abusar.
Añadimos una práctica nueva, algo que os va a resultar lógico, pero desconocido: después de bañarte en una piscina, enjuágate con agua para retirar cloro fronterizo al esmalte.
Por último, protege tus labios del sol usando bálsamo con SPF; esto previene quemaduras labiales y posibles afecciones cutáneas.
Recomendaciones para todo el año
Repasamos ahora algunas cuestiones que debemos cuidar durante cualquier momento del año. Muchas las sabemos, pero siempre viene bien un repasito:
Una buena hidratación es prioritaria. Beber al menos dos litros diarios favorece la producción de saliva. Esto ayuda a expeler bacterias y neutralizar ácidos.
Sigue una alimentación equilibrada. Elige frutas, verduras y agua; deja solo de vez en cuando las bebidas azucaradas o alcohólicas.
Evita usar los dientes como herramientas y usa protector bucal si practicas deporte.
Lleva contigo un kit bucal de emergencia cuando salgas de casa.
Los profesionales de Clínica Dental Barrachina recomiendan aprovechar el verano para reforzar la práctica de hábitos saludables. La hidratación, la protección solar y la higiene constante pueden marcar la diferencia. También aconsejan consultar con el dentista antes y después de las vacaciones.
La salud bucal no descansa durante el verano. Actuar con simples gestos hoy, evita problemas mañana.
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