
Instalar un horno de leña en casa ya no es imposible. Existen soluciones adaptadas a cualquier tipo de vivienda. Siempre hemos pensado que solamente se pueden poner en áticos, adosados o chalets, pero es una creencia errónea. Podemos tener un horno de leña en cualquier tipo de vivienda, incluso en espacios reducidos, siempre que existan unas condiciones bastante comunes.
Cuando pensamos en horno de leña nos vienen a la cabeza las pizzas, pero hay mucho más. Permiten hornear pan, asar carnes, cocer verduras y hasta cocinar guisos o postres con un toque ahumado único. Un cocinado en horno de leña no es solo comida. Es experiencia. Su temperatura intensa genera bordes crujientes, núcleo jugoso y un sabor espectacular. La leña aporta un aroma profundo que impregna cada plato, elevando el gusto sobre cualquier versión cocinada con electricidad o gas.
Hay dos tipos de horno de interior. Uno es el de cocción directa. Perfecto para pizzas, el fuego arde dentro del mismo recinto donde se cocina. Esto permite alcanzar temperaturas muy altas, favoreciendo platos exquisitos en pocos minutos con esa textura característica. El otro tipo es el de cocción indirecta. Aquí el fuego y el producto no comparten espacio. El calor circula por una cámara separada. Es ideal si necesitas control y estabilidad térmica, perfecto para pan, asados, guisos o cocciones largas.
El horno puede ir empotrados y de manera externa. Los empotrados se integran en paredes o muebles. Son elegantes y ocupan poco espacio útil. Los externos se colocan en mesas portátiles o estructuras prefabricadas. Ambos requieren un lugar con ventilación adecuada y suelo resistente. La chimenea o salida de humos es imprescindible. Debe cumplir normativa y permitir evacuación limpia y segura. Los profesionales de Chimeneas Sirvent aconsejan sobre las distancias necesarias y materiales del entorno para evitar riesgos y asegurar buen rendimiento.
El funcionamiento es sencillo. Primero, enciendes el fuego en la cámara o base según el tipo. Usas leña seca y bien curada. Cuando el horno alcanza temperatura óptima, aproximadamente entre 300 °C y 400 °C, depositas el alimento. En cocción directa, giras el alimento con pala para cocerlo por los cuatro lados. En cocción indirecta, controlas tiempos sin exposición directa al fuego, ideal para pan o estofados. La retención térmica del horno permite mantener cocción durante horas con mínima pérdida de calor.
Estos hornos, como explican los expertos de Chimeneas Sirvent, combinan diseño, sabor y funcionalidad. No importa si tu hogar es moderno o rural. Existe una opción que encaja. Además, son una inversión culinaria que transforma la cocina, creando platos con aromas únicos y texturas insuperables.






















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