El refranero español no deja indiferente a nadie con su colección de proverbios. Uno de ellos, “Mucho ruido y pocas nueces”, podría adaptarse perfectamente a nuestra política local: “Muchos artículos de opinión y poca política”.

Y es que últimamente la actividad política en Alcoy parece medirse más por palabras que por obras. Cada semana asistimos a un nuevo episodio del mismo juego: declaraciones cruzadas, reproches y artículos de opinión que sustituyen el trabajo por titulares. La política municipal ha pasado del pleno del Ayuntamiento a las columnas de prensa y las redes sociales.

El debate público se ha convertido en una competición por el “me gusta” y la visualización, más que en una búsqueda de soluciones reales. Los “ediles influencer” han hecho de las redes su escenario favorito, donde importa más el impacto de un vídeo viral que el bienestar de los ciudadanos. Lo que podría ser una herramienta para acercar la gestión al vecino se ha transformado en una pasarela de reproches.

Mientras tanto, los alcoyanos miramos a nuestro alrededor y vemos una ciudad que avanza con demasiada lentitud. Los problemas importantes no se resuelven con un post o un artículo, sino con planificación, rigor y trabajo constante.

Esta política del espectáculo deja un efecto silencioso pero profundo: la desafección. Cada vez más, la ciudadanía percibe la política local como un combate ajeno, un concurso de popularidad sin compromiso con la ciudad. Y, sin embargo, la verdadera política debería sentirse en las calles, en las aceras, en la limpieza, en los parques, en los servicios que usamos cada día.

El compromiso no se escribe: se demuestra. Cuando la política se redacta más de lo que se ejecuta, los discursos llenan el aire mientras la ciudad se vacía de progreso. Alcoy no necesita más palabras. Necesita más política y menos artículos de opinión.