Gabriel Martínez Llácer. Responsable Comunicación UPyD “La Montaña”
Con la llegada de UPyD, partido fundado entre otros por Rosa Díez, aparece un partido parlamentario que defiende lo mismo en toda España desde casi hace tres años. Nace sobre todo como una respuesta al actual sistema que nos ha conducido hasta la situación presente de crisis económica, política e institucional.
Porque esta crisis no se resuelve sin reformas profundas: debemos reformar la Ley Electoral para que el voto de todos valga lo mismo con independencia de la Comunidad Autónoma o provincia donde se viva. Para que en las elecciones haya listas abiertas, y los representantes elegidos tengan un mandato por tiempo limitado con un régimen de incompatibilidades más estricto, de modo que la política deje de ser una profesión y vuelva a ser un compromiso público. Y debemos de reformar la Constitución para acabar con los abusos del Estado de las Autonomías (derrochador, inviable e insolidario, que favorece la corrupción), conseguir una justicia independiente del poder político, tener libertad de elección lingüística en las comunidades bilingües que actualmente dificulta la libre circulación de trabajadores, empresas y profesionales, rompiendo el mercado único nacional. Todas las autonomías deben tener las mismas competencias y la misma financiación. El Estado central debe tener competencias exclusivas para garantizar la igualdad y libertad de todos, como la educación, sanidad, fiscalidad o pensiones.
Es indispensable superar modelos pedagógicos fracasados y garantizar una educación pública y laica, basada en el mérito y la capacidad, que transmita conocimientos y valores cívicos.
Porque los partidos tradicionales (PSOE, PP, IU, CIU, PNV, ERC, BNG, CC, etc.) no quieren reformas de fondo que pongan en peligro su control egoísta de las instituciones, desde las cajas de ahorro a los
medios públicos de comunicación. Queremos devolver a los ciudadanos el control de la política secuestrada por los partidos tradicionales para regenerar la democracia, previniendo mejor la corrupción y persiguiéndola con más dureza cuando se produce.
Porque para todas estas reformas es indispensable un partido fuerte que no esté atado al pasado, libre de compromisos que lo paralicen, integrado por ciudadanos comprometidos que no necesitan ni quieren vivir de la política, sino mejorar las instituciones.
Y sé que con Unión, Progreso y Democracia, todo esto es posible.
Con la llegada de UPyD, partido fundado entre otros por Rosa Díez, aparece un partido parlamentario que defiende lo mismo en toda España desde casi hace tres años. Nace sobre todo como una respuesta al actual sistema que nos ha conducido hasta la situación presente de crisis económica, política e institucional.
Porque esta crisis no se resuelve sin reformas profundas: debemos reformar la Ley Electoral para que el voto de todos valga lo mismo con independencia de la Comunidad Autónoma o provincia donde se viva. Para que en las elecciones haya listas abiertas, y los representantes elegidos tengan un mandato por tiempo limitado con un régimen de incompatibilidades más estricto, de modo que la política deje de ser una profesión y vuelva a ser un compromiso público. Y debemos de reformar la Constitución para acabar con los abusos del Estado de las Autonomías (derrochador, inviable e insolidario, que favorece la corrupción), conseguir una justicia independiente del poder político, tener libertad de elección lingüística en las comunidades bilingües que actualmente dificulta la libre circulación de trabajadores, empresas y profesionales, rompiendo el mercado único nacional. Todas las autonomías deben tener las mismas competencias y la misma financiación. El Estado central debe tener competencias exclusivas para garantizar la igualdad y libertad de todos, como la educación, sanidad, fiscalidad o pensiones.
Es indispensable superar modelos pedagógicos fracasados y garantizar una educación pública y laica, basada en el mérito y la capacidad, que transmita conocimientos y valores cívicos.
Porque los partidos tradicionales (PSOE, PP, IU, CIU, PNV, ERC, BNG, CC, etc.) no quieren reformas de fondo que pongan en peligro su control egoísta de las instituciones, desde las cajas de ahorro a los
medios públicos de comunicación. Queremos devolver a los ciudadanos el control de la política secuestrada por los partidos tradicionales para regenerar la democracia, previniendo mejor la corrupción y persiguiéndola con más dureza cuando se produce.
Porque para todas estas reformas es indispensable un partido fuerte que no esté atado al pasado, libre de compromisos que lo paralicen, integrado por ciudadanos comprometidos que no necesitan ni quieren vivir de la política, sino mejorar las instituciones.
Y sé que con Unión, Progreso y Democracia, todo esto es posible.

















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de Página66.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.136