DECORACIÓN. Algunos consejos sobre este elemento útil y decorativo. Decorar con espejos nos permite agrandar los espacios y proporcionar más luz a una estancia. Veamos algunas ideas para que los espejos ‘nos luzcan’ mucho más. Una buena idea, de esas ‘de toda la vida’ es colocar el espejo en un lugar especial en la estancia más elegante de casa, como puede ser el salón. Sobre el aparador o la chimenea, el espejo mejora el valor visual y convierte en algo vivo lo que hubiera sido estático de haber colocado un cuadro. Además, nos puede dar la sensación de que estamos ante una ventana. Pero si queremos ampliar espacios, nada como colocar un espejo en una puerta corredera. Tenemos así un espejo enorme que cuando la puerta está cerrada nos duplica la superficie y nos aporta un espacio, aunque sólo sea visual. Si la puerta es corredera, mejor. Atrás quedan los espejos con un marco rectangular como única opción. Hay que atreverse con los marcos circulares, hexagonales o incluso irregulares. Hay que buscar el marco que realce nuestro espacio. Un consejo, intentadlo con marcos dorados, que siempre conjugan bien con los espejos. La disposición es fundamental. Podemos colocar varios espejos horizontales, separados por un mínimo espacio, lo que transmite dinamismo, más todavía si los colocamos en zigzag. Si optamos por dos iguales, en pareja, conseguiremos una sensación de orden, de relax, perfecto para estancias de descanso. Si los enfrentamos, multiplicaremos la luz y prolongaremos el espacio hasta el infinito y más allá. En los aseos, los espejos grandes nos multiplican la luz, tan necesaria. Si además queremos vernos bien antes de salir, un par de espejos laterales al lado del lavabo nos van a ayudar a asegurar nuestra imagen y no tenerse que volver desde el ascensor.