EDUCACIÓN. Artículo de Manolo Pastor, de Academia Da Vinci.
Cuando pensamos en la palabra herencia, solemos referirnos únicamente a los bienes que nuestros mayores nos han dejan como legado. Suele referirse a herencia con lo material, con lo mundano, con lo monetario. Sin embargo, si vamos un poco más allá, podemos aplicar a este término otro muchísimo más importante a mi juicio: la “herencia cultural”.
Podríamos decir que la “herencia” es aquel bien que adquirimos cuando nuestros mayores fenecen y que, a partir de ese momento, pasa a ser parte de nuestro “patrimonio”. Si nos referimos a lo monetario o a lo material, sólo podremos disponer de estos bienes cuando nuestros mayores, efectivamente, mueren. Sin embargo, si nos referimos a otro tipo de herencia, comprobaremos que podemos ir disfrutando de ella día a día. La podemos definir como “herencia cultural”.
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Herencia[/caption]
Cuando disponemos de este tipo de herencia, disponemos de un patrón de comportamiento con el que es posible que podamos diferir en alguno de sus matices pero que sin duda, modificará nuestro carácter a lo largo de los años para mejorarlo. Puede pasar, y pasa, que esta herencia cultural necesite de un proceso de maceración interior. Suele pasar, y pasa, que este tipo de herencia necesite de cierto reposo, de cierto paso del tiempo y de cierta calma. En muchas ocasiones no apreciamos aquello que estamos heredando y que, incluso al recibirla puede llegar a molestarnos. Efectivamente, estamos recibiendo algo que hará más grande nuestro patrimonio pero que, a su vez, nos molesta cuando la recibimos. El género humano es así. Hay determinadas cosas que necesitan su tiempo. Hay cosas, al contrario que le pasa al dinero, que no están disponibles en el acto. Sin embargo, aunque no podamos disponer de esta herencia de manera inmediata, nos ayudará mucho más que el dinero ya que modificará nuestro modo de comportamiento en casos de necesidad, hará que seamos más fuertes y hará que tomemos decisiones con mayor rigor. En definitiva, hará que seamos mejores personas y hará que el día a día tenga sentido, que nuestro comportamiento sea definible. Hará que cultivemos nuestro “yo” y nos ayudará a definir nuestra propia identidad. Nuestra propia personalidad a partir de lo recibido. Cuanto más “herencia cultural” más definiremos nuestra identidad
“Herencia cultural” es sólo el término que he decidido esconder al lector por un término que seguro ya conoce. Seguro que ha oído hablar de él. Le llamamos EDUCACIÓN. La mejor y más importante de las herencias que cualquier ser humano pueda recibir. Desde aquí, desde la tribuna que este periódico me da, sólo puedo decir GRACIAS. Madre, Padre, hicisteis un gran trabajo…..
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Cuando disponemos de este tipo de herencia, disponemos de un patrón de comportamiento con el que es posible que podamos diferir en alguno de sus matices pero que sin duda, modificará nuestro carácter a lo largo de los años para mejorarlo. Puede pasar, y pasa, que esta herencia cultural necesite de un proceso de maceración interior. Suele pasar, y pasa, que este tipo de herencia necesite de cierto reposo, de cierto paso del tiempo y de cierta calma. En muchas ocasiones no apreciamos aquello que estamos heredando y que, incluso al recibirla puede llegar a molestarnos. Efectivamente, estamos recibiendo algo que hará más grande nuestro patrimonio pero que, a su vez, nos molesta cuando la recibimos. El género humano es así. Hay determinadas cosas que necesitan su tiempo. Hay cosas, al contrario que le pasa al dinero, que no están disponibles en el acto. Sin embargo, aunque no podamos disponer de esta herencia de manera inmediata, nos ayudará mucho más que el dinero ya que modificará nuestro modo de comportamiento en casos de necesidad, hará que seamos más fuertes y hará que tomemos decisiones con mayor rigor. En definitiva, hará que seamos mejores personas y hará que el día a día tenga sentido, que nuestro comportamiento sea definible. Hará que cultivemos nuestro “yo” y nos ayudará a definir nuestra propia identidad. Nuestra propia personalidad a partir de lo recibido. Cuanto más “herencia cultural” más definiremos nuestra identidad
“Herencia cultural” es sólo el término que he decidido esconder al lector por un término que seguro ya conoce. Seguro que ha oído hablar de él. Le llamamos EDUCACIÓN. La mejor y más importante de las herencias que cualquier ser humano pueda recibir. Desde aquí, desde la tribuna que este periódico me da, sólo puedo decir GRACIAS. Madre, Padre, hicisteis un gran trabajo…..


















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