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La Escuela Industrial de Alcoy en 1936

Redacción - Dissabte, 22 de Juny del 2013
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REPORTAJE de Bartolomé Sanz Albiñana, doctor en Filología Inglesa. El 16 de febrero de 1936 se celebran elecciones generales en las que triunfa la coalición de izquierdas del Frente Popular. El 10 de mayo Azaña es elegido presidente de la República. El 18 de julio empieza la Guerra Civil. En esos momentos Alcoi cuenta con unos 43.000 habitantes. Esta es la fotografía general de un país al que le aguarda una experiencia traumática que va a marcar su futuro. El conflicto fratricida también tiene sus consecuencias en una institución señera de Alcoi: la Escuela Industrial, que en esos momentos alberga Escuela Elemental de Trabajo (actual IES Cotes Baixes) y la Escuela Superior de Trabajo (actual EPSA). Desgraciadamente no existe en nuestro centro ningún tipo de material archivístico, como sucede en otros centros, ni ninguna caja con el título “periodo rojo” que contenga documentos que pudieran facilitar una mejor comprensión de lo acontecido en este periodo. Las notas que siguen a continuación son lo que, hasta la fecha, podemos aportar para la reconstrucción de ese año. [caption id="attachment_78864" align="aligncenter" width="598"] Escuela Industrial en antiguo Convento de San Francisco[/caption] Las obras de la construcción de la Escuela Industrial que hoy contemplamos en el Paseo de Ovidi Monllor, comenzadas en 1923, se ultiman unas semanas antes del Alzamiento Nacional. Por tanto, ambos centros continúan en esos momentos en donde se encuentra actualmente el mercado de san Mateo y el espacio Ágora. Por lo que se refiere al capítulo económico, cabe reseñar que el 26 de junio el Presidente del Patronato Local de FP de Alcoi (el alcalde) se dirige al Presidente de la Diputación Provincial de Alicante para recordarle que ese organismo le “adeuda [...] nueve trimestres de subvención para el sostenimiento de la Escuela Elemental de Trabajo de esta Ciudad, cuyo importe alcanza la cifra de 19.920 pesetas con 15 céntimos”. El Presidente subraya que dicha irregularidad “perturba gravemente la marcha económica de la citada Escuela, a cuyo personal docente y subalterno [...] se les debe hasta la fecha 27 meses”. No deja de ser curioso, dadas las especiales circunstancias del momento, que el claustro se reúna a mitad de agosto sin otro asunto que tratar que la aprobación de las cuentas del segundo trimestre. Tan solo un mes después del estallido de la guerra, es decir, el día 19 de agosto, la Junta encargada de las depuraciones en el bando nacional aprobaba la primera medida, según la cual los alcaldes debían enviar un informe al Rectorado del Distrito Universitario correspondiente dando cuenta de las actividades y la conducta de los docentes de todos los niveles, en especial de los pertenecientes al magisterio. A partir de este informe el Rector, unilateralmente, resolvía e imponía la sanción, que consistía en la separación del cargo, en caso de culpabilidad. Esta ley contemplaba la necesidad del inicio del nuevo curso y las medidas que para ello debían establecerse. También el gobierno legalmente constituido, el republicano, iniciaría rápidamente sus depuraciones, como veremos en su momento. También en agosto de 1936 se convoca a “todos los profesores, auxiliares, y Maestros de Taller, en propiedad, interinos y meritorios de las dos Escuelas […] con el fin de tratar de resolver el traslado de éstas a los locales del nuevo edificio, recién construido, por ser asunto todavía no resuelto y que es de urgencia, con objeto de ponerse de acuerdo con el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de esta ciudad [actual IES Pare Vitoria], que ha de ocupar parte de ese edificio”. En la misma acta Vicente Miró Laporta, secretario, propone que “el Claustro envíe al Excmo. Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes un telegrama condenando la rebelión fascista y de adesión [sic] entusiasta al Gobierno legítimo de la República Española. Por unanimidad así se acordó”. A esa reunión asistieron trece profesores. Dos días después, el 28 de agosto de 1936, bajo la presidencia de Juan Durá Llopis, director accidental, y actuando como secretario accidental José Mataix, el Claustro continúa discutiendo “las condiciones en que pueden instalarse las Escuelas de Trabajo en el nuevo edificio”. En esta sesión el secretario leyó el telegrama enviado el día 26 que decía así: “Reunido por primera vez Claustro accidental de las Escuelas Elemental y Superior, por unanimidad acuerdan elevar a V.S. su protesta enérgica contra sublevación fascista poniéndose incondicionalmente al lado del gobierno legítimamente constituido. ¡Viva la República!”. (Continuará).
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