¿Compramos porvenir o nos vendemos al pasado?

Redacción - Divendres, 12 de Juliol del 2013

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	En un minuto. Ramón Requena, editor de pagina66.com
	Dejadme compartir con vosotros una pequeña reflexión. Vengo observando desde hace semanas que en nuestro menú diario hay más información en la sección Cultura que en la de Noticias, en relación a lo que venía siendo habitual.
	Es cierto que por cumplir con el eslogan de pagina66.com “Tú eres la noticia” nos fijamos más en las cosas que hace la gente, y eso casi siempre se organiza dentro de Cultura o de Sociedad. Sin embargo, no parece esta la única causa.
	Ni Gobierno ni Oposición están aportando acciones que se conviertan en actualidad importante, en noticias que afectan y mejoren la vida de las personas. Los temas de unos y otros se refieren a la suciedad en un lugar público, detalle de ahorros que al final también son recortes o relación de logros más maquillados que una vedette de revista de los 70.
	Me pregunto dónde está la discusión sobre el modelo de ciudad, cuándo vamos a iniciar un proceso de definición económica para no perder otra vez más la oportunidad de la reactivación económica, como ya ocurrió en las dos crisis anteriores.
	De no reaccionar, podemos empezar ya o mentalizarnos en que más generaciones van a marchar para volver sólo en Navidad y Fiestas.
	El tiempo pasa y aunque es cierto que no sólo es el Ayuntamiento quien debe empezar a abrir camino, hay que recordar que al menos hay 25 responsables en el Ayuntamiento, los concejales, elegidos justo para eso. Si no, habría que exigir que quien se supone con poder para ello no ponga más impedimentos al desarrollo de proyectos que con el único capital del esfuerzo buscan desarrollar otro Alcoy.
	La ciudad ha tenido sus símbolos de gloria, pero empeñarse en la nostalgia sólo conduce al fracaso y hay que apostar por el futuro que ya se muestra como efectivo. En las últimas décadas ha habido demasiadas iniciativas construidas a la contra que nos han hundido en la miseria intelectual en la que vivimos. Ahora sólo quedan dos opciones: comprar porvenir o venderse al pasado.
	Más de 25 años perdidos son suficiente razón como para ponerse serios y situarse enfrente de quien sólo busque perpetuar una estructura desfasada, se llame como se llame y actúe bajo las siglas que actúe.