Para el PP la situación es similar, aunque con la cohesión que da la posibilidad de vislumbrar la meta. Con Francés como alcalde adquieren argumentos de baja gestión en una legislatura que no pasará a la historia por el listado de acciones, al tiempo que toman un respiro para preparar su primer cartel postSedano. Lo contrario, estar en el gobierno, sería un lío monumental para un PP al que tampoco interesa poner a la cabeza de un gobierno a alguien que no vaya a ser el líder en la próxima legislatura. O sí.

Por último, Francés es para Esquerra Unida la opción menos mala. Las siglas del aliado más tradicional pueden ser el trampolín necesario para llevar a cabo unas cuantas iniciativas históricas, fundamentales para sus bases. Saben que la calculada vaguedad del PSOE sobre Alcoinnova mira más de reojo a su propio electorado que al matrimonio con EU y también conocen los problemas de consciencia que tienen sus socios socialistas sobre la responsabilidad respecto al pecado original del La Canal.

De no continuar todo igual, si la pareja de hecho del Gobierno Municipal no supera las dificultades de convivencia que provocan las distancias vacacionales, esta suma de estrategias podría llegar a provocar un gobierno a uno, el de Francés, con acuerdos en cada toma de decisiones y una compleja acción de gobierno mirada con lupa por la feligresía socialista, por si acaso hay que ir preparando reemplazo.