En estos delicados momentos que atravesamos, es difícil comprender a simple vista esta nueva clase política generada en nuestro consistorio y no exenta de asombro y perplejidad por la sociedad alcoyana.

Bien, el termino “no adscrito” responde a la creación de un nuevo partido político, sin bandera, sin programa y sin ningún tipo de orientación  definida, salvo la de arrimarse a la sombra del mejor postor, que sería la figura que tomaría el árbol en este símil.

Desde los tiempos del senado romano, creadores de nuestro actual sistema parlamentario, no se han conocido tantas variopintas formas de aferrarse a un sillón de mando. Éste no es el modelo de políticos que demanda la sociedad, un político debe tener como máxima el ejercer una labor legislativa encomendada por las urnas para el bien de la sociedad y no en su propio beneficio e interés.

La sociedad no quiere políticos que cuando las cosas se ponen difíciles, renuncien a los partidos que les auparon a los cargos que representan y busquen cobijo en nuevas formaciones de carácter populista con un afán de falsos profetas capaces de solucionar hasta lo mas inverosímil.

Es un momento de asumir errores y solucionarlos, es momento de señalar a todos los que no supieron desempeñar su cargo, es momento de saber disculparse por los fallos cometidos pero sabiendo subsanarlos ,en definitiva es momento de saber asumir que en toda casa de herrero siempre ha habido alguna cuchara de palo, pero siempre ofreciendo a nuestros ciudadanos una reparación del agravio cometido.

La ciudadanía no esta dispuesta a tolerar mas errores, y la solución no son nuevas alianzas ni la creación de partidos de carácter populista con el único afán de perseguir el poder sin tener en cuenta las necesidades del ciudadano de a pié.

Ese ciudadano es el que nos debe animar a seguir luchando ante los problemas y no evitarlos ni darles rodeos. Esa actitud reformista es la que pasado el temporal, y no les quepa duda que escampara y pronto, es la que la gente valorará. Esa actitud valiente ante las dificultades, con la consecuente aplicación de medidas para solucionarlas, será la que se impondrá ante todas estas actitudes interesadas y oportunistas que serán olvidadas.

Tenemos una cita muy importante con las urnas el próximo 25 de mayo, donde vamos a elegir nuestros representantes en Europa. Bien, llegado el momento, no hay que caer en el error de castigar en las urnas al partido que esté llevando estas reformas, anteriormente citadas, y que desembocarán en el ansiado final de la crisis, la sanción debe recaer en aquellos que se limitan a pasar inadvertidos o volcados en sus propios intereses, sean bipartidos, populistas o no adscritos de reciente creación.

Ellos incurren en el mayor defecto de un político, que no exento de errores, nunca debe caer en la anteposición de su carrera, al ejercicio consecuente de su labor legislativa vinculada a unas siglas que fueron elegidas libremente por los ciudadanos en las urnas.