El pasado marzo me dejaste, después de 14 maravillosos años, despedirme de ti ha sido de las cosas más duras que he hecho. El maldito cáncer, otra vez, golpea a quienes más he querido. Intento centrarme en las cosas positivas, en que he sido afortunado de haber podido compartir los días contigo. Sé que todo tiene su tiempo, aún así resulta difícil, muy difícil, aceptar el final. Sobretodo cuando ha sido un periodo tan dulce los años a tu lado: cuando me apoyabas al estar estudiando, cuando veíamos las películas en el sofá, cuando estaba nervioso y me tranquilizabas con tu ronroneo. Me refiero a mi gata Mini, una gata tricolor, que tenía el pecho, los morros y las patas de un color blanco resplandeciente.

Los días sin ti ya no tienen el mismo brillo, les falta la luz de tus ojos, de tu mirada. Los lugares en los que te solía ver ahora son recordatorios de tu ausencia. En el mundo que nos rodea existen muchos problemas graves, pero en este momento este es el que más dolor inflige a mi ser. Quienes nunca han tenido una mascota es difícil que comprendan el cariño, el amor, que se puede llegar a desarrollar, y la pena que se puede llegar a sentir por su pérdida. Ella, mi gatita, ha estado conmigo en los momentos de alegría, en los de rabia, en los momentos de incertidumbre y en los de tristeza, mostrándome siempre su amor y comprensión, su cariño y su atención. Además era la gata de mi padre (a la que también tenía cariño), podrán haber más en un futuro, pero ya nunca podrán serlo de mi padre.

Ahora llego a comprender, plenamente, lo feliz que me hacía, ahora que se ha marchado y me ha dejado un vacío tan grande en mi corazón. Siempre la mimé, la cuidé y la quise, siempre que tuve oportunidad le dije lo guapa y lo cariñosa que era, aún así, cuando llega el momento del adiós, siempre parece que todo lo que hemos hecho es insuficiente, y que podríamos haber hecho más.

Quizás haya gente que le haya disgustado este artículo, algunos por la temática y a otros porque tal vez les haya recordado aquello que no querían. Espero que no sea el caso y que muchos hayan podido sentir lo que les he querido transmitir, explicar, porque lo he hecho en homenaje de quién me ha otorgado tanto, y me ha pedido tan poco, mi gatita Mini.