Es cierto, ya es oficial, Adolfo Suárez ha muerto a las 15,03 horas del día 23 de Marzo de 2014, recién estrenada la primavera. Se ha ido con una sonrisa, como la que siempre nos brindaba dejándonos a muchos huérfanos de ideas y de liderazgo.

Tendrá que pasar mucho tiempo para que alguien de la talla política y personal de Suárez, venga a sacarnos nuevamente del apuro pues no es fácil que la vida nos regale con personajes similares.

La sencillez, la humildad, la entrega, el coraje, la honestidad, la gallardía, la conciliación como única y continua meta, el sufrir por la ajeno, el estar en todo sin estar presente, el ser querido a pesar del oficio elegido, el hacer camino pisando fuerte, mirar de frente sin rehuir ninguna mirada, gustar del abrazo amigo y no tan amigo, merecer mucho por realizar un trabajo difícil y poco agradecido, generar enemigos por intentar amigar a todos, hacer de puente entre la A y la Z sin flexionar la espalda lo más mínimo, crear ideas que favorezcan a todos, no huir por nada tener nada que esconder, dejar paso al otro para no quebrar ningún sendero, mandar trabajando duro y recibir voces, gritos e insultos, levantarse y no acostarse o acostarse y levantarse rápido pues el tiempo vuela, caer en el olvido sin levantar polvareda, sufrir los embates de la vida en silencio y con dignidad y morir rodeado de toda su familia recibiendo amor y cariño a raudales en la cercanía y lo mismo en la lejanía, eso es algo que sólo son capaces de cosechar como virtudes muy pocos, muy poquitos a los que la providencia elige para el bien de la humanidad y con eso mismo es con lo que todos debemos recordar a Adolfo Suárez González. De los honores y el protocolo ya se encargan otros.

A nosotros sólo nos debe valer la fuerza, la valentía, la entrega, la sensatez, la honorabilidad y la eficacia que nos deja como legado el personaje, pues como ya digo, del resto ya se ocuparan otros. Para mi personalmente, ha sido un gran honor compartir mi juventud y parte de mi vida con alguien que tanto me ha enseñado y con quien siempre todo se ha comparado para que sirva de ejemplo a seguir y enseña por la que luchar. Adiós y gracias por tu existencia.