Todas las personas que tienen un perro deberían disfrutar de su compañía mediante juegos, ya que eso les ayuda a ejercitarse y a crear un mayor vínculo con su dueño.
Pero para que el perro disfrute y esté seguro, tenemos que escoger muy bien los juguetes que le rodearán durante su día a día.
Según Juan Sirvent, de Aitana Clínica Veterinaria, “hay que asegurarse de que cada juguete que le demos a nuestro perro tenga el tamaño apropiado, ya que podría tragarse aquellos que fueran más pequeños y podría provocar asfixia o daños en su estómago e intestinos”.
También hay que evitar los juguetes con partes que puedan desprenderse de un solo mordisco, al igual que aquellos que contengan cuerdas o cintas, que a pesar de gustarles mucho, son nocivos.
Lo que el dueño debe tener en cuenta es que los mordiscos de su mascota desgastaran el juguete. Cuando esto pase, se debe reemplazar de inmediato el objeto.
Si el perro es amante de las carreras, una pelota de tenis o un disco volador pueden ser buenas opciones. Según Juan Sirvent, de Aitana Clínica Veterinaria, “las texturas blandas de estos juguetes los hacen ideales para sus dientes y para poder lanzarlos lejos y que el perro se encargue de traerlos de vuelta”.
Un truco que nunca falla para que se entretengan, es dejarles una bola de pienso dentro de un juguete hueco. Se divertirán para poder comerse ese manjar.
Al igual que la comida, un juguete sonoro les vendrá como anillo al dedo, ya que querrán sacar el pito de dentro del objeto y pasarán un rato agradable, aunque algo molesto por el ruido.
Para mantener el interés del perro en sus juguetes, bastará con esconderlos en lugares diferentes para que ellos indaguen en busca de su juguete favorito.


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