Los frenos son el primer elemento de seguridad de un automóvil. De su buen funcionamiento depende la gobernabilidad del coche y, en último caso, nuestra vida.
Realizar un correcto mantenimiento de los frenos es importante. El líquido de frenos es uno de los elementos clave en la frenada que también hay que cuidar.
Nacho Martínez de Autos Martínez explica que "las razones que hacen importante la revisión del líquido de frenos y su sustitución periódica son varias" y remarca que "unos frenos en mal estado pueden tener consecuencias desastrosas".
Por un lado, hay que eliminar las burbujas de aire que se van formando a lo largo del tiempo. Estas burbujas pueden aparecer por posibles pérdidas en el circuito, por tener el líquido a un nivel muy bajo o por alguna reparación.
Si no se elimina ese aire puede ocurrir que el pedal no responda cuando necesitemos frenar. Podría ser que se hundiera la palanca sin que accionara líquido y, por tanto, sin frenar correctamente.
Otro factor que afecta es la humedad. La composición de algunos líquidos de frenos, a base de etil-glicol, hace que vayan absorbiendo humedad con el tiempo.
No ocurre sólo en vehículos con muchos kilómetros, también pasa en aquellos que se pasan los días en el garaje. Este tipo de contaminación se produce básicamente por tiempo transcurrido.
La humedad entra en el sistema de frenada a través de los microporos de las mangueras, y también cuando manos inexpertas abren el depósito del líquido de frenos.
Como indica Nacho Martínez, de Autos Martínez, “es más importante de lo que parece revisar y cambiar, si es necesario, el líquido de frenos. Si tenemos un problema, lo primero que hacemos es recurrir a los frenos y su buen estado nos puede salvar la vida”.