Los Elixires de plantas, como remedio utilizado para dolencias del ser humano, son conocidos y utilizados desde tiempos inmemoriales. En el siglo XVI el médico Paracelso desarrolló la fórmula original conocida como 'Elixir ad vitam longam', 'Elixir para una larga vida.
En el siglo XVIII, el célebre doctor sueco Jonatham Samst fijó definitivamente la receta, que debido a su nacionalidad, se empezó a llamar, 'Elixir del Sueco'. En el Herbolari de Montse la licenciada en Farmacia Montserrat Pascual destaca que "actualmente, su comercialización está muy extendida por múltiples países y es su eficacia la que ha asegurado su supervivencia hasta estos días".
Los seres humanos tenemos varios tipos de papilas gustativas situadas en diferentes zonas de la lengua, y gracias a ellas, distinguimos 4 tipos de sabores: ácido, salado, dulce y amargo. En nuestra dieta actual se consumen los tres primeros, sobre todo el salado y el dulce, que ocasionan una serie de problemas asociados: obesidad, sobrepeso, hipertensión..
El sabor amargo, que formaba parte integral del tipo de alimentación de nuestros antepasados, ha desaparecido prácticamente de la dieta actual. Este sabor tiene un intenso efecto sobre el sistema digestivo, especialmente sobre el hígado, guardián del equilibrio metabólico del organismo, ayudando especialmente junto con la vesícula biliar a la digestión de las grasas y a la función depurativa del individuo.
El Elixir del Sueco, viene a suplir la falta de productos amargos en nuestra alimentación. Es en cada cambio de estación, pero sobre todo primavera y otoño, cuando se produce en nuestro interior una delicada época de transición en la que hígado y vesícula biliar son los órganos más afectados por el cambio de estación. Si la función de estos órganos está en desequilibrio, las manifestaciones de alergias, asma, rinitis, eczemas, fiebre de heno y otras serán mayores y variables en duración e intensidad. Pero si la función de estos órganos va bien, las manifestaciones serán menores (algo de cansancio, somnolencias, molestias digestivas...) hasta que nuestros órganos se adapten al cambio de estación.
Por eso las curas con el Elixir del Sueco consiguen aliviar tanto a todo aquel que lo prueba. Es un excelente remedio depurativo de la sangre, estimula las funciones del hígado y aumenta su actividad desintoxicante encargada de neutralizar toxinas, incluyendo metales pesados, sustancias químicas y plaguicidas presentes en los alimentos y el agua potable, así como medicamentos sintéticos. El hígado es el gran laboratorio metabólico de nuestro cuerpo.
En el Herbolari de Montse aseguran que "el Elixir del Sueco también favorece las funciones de eliminación de los riñones y de los intestinos y los trastornos digestivos mejoran considerablemente. También colabora en las digestiones difíciles ya que aumentan la producción de jugos gástricos y activa la motilidad estomacal siendo de gran ayuda cuando hay exceso de gases favoreciendo su expulsión".
Es en el siglo XX cuando Maria Treben, herborista austríaca, lo populariza enormemente a través de todos sus libros.