La Aromaterapia Científica es el uso de aceites esenciales quimiotipados por vía cutánea, olfativa u oral, para prevenir, aliviar síntomas o tratar diversas afecciones y patologías en el hombre o en el animal, según explica el especialista en aromaterapia Dominique Baudoux.

Esta terapia bioquímica se apoya en la relación que existe entre los compuestos químicos de los aceites esenciales y sus actividades terapéuticas. Es mucho más que una terapia con aromas, puesto que su eficacia se basa en su concentración, su definición bioquímica y la posibilidad de emplearlos en diferentes formatos. Recurre a una metodología rigurosa que se apoya en datos científicos sólidos, confirmados por el laboratorio y por la clínica.

Los aceites esenciales son muy eficaces en varios ámbitos: procesos víricos, bacterianos y parasitarios, afecciones inflamatorias y dolorosas de músculos, tendones y articulaciones. Las alteraciones del sistema nervioso también cursan de manera muy satisfactoria con los aceites esenciales oportunos y pudiendo disminuir los problemas de insomnio, estrés, fobias, nerviosismo...

Un aceite esencial contiene de media 75 moléculas activas diferentes, mientras que, en un medicamento sintético, sólo se pueden evaluar las interacciones de tres moléculas en el mejor de los casos. Deben aplicarse con precaución, no superar la dosis prescrita y contar con el asesoramiento de un especialista en la materia. 

Los aceites esenciales presentan una afinidad muy destacada con la piel por lo que pocos segundos son suficientes para que la capa cutánea los absorba y pasen a la microcirculación periférica que los conducirá a la circulación sanguínea general, donde ejercerán su acción terapéutica. 

El uso de los aceites esenciales en masaje es de gran utilidad, especialmente en aquellos que emplean técnicas relajantes y equilibrantes pues la capacidad terapéutica y vibratoria de las esencias es muy elevada, ayudando a armonizar el organismo de la persona que lo recibe.

Un artículo de la Clínica Tajibo.