Ir de tapeo se está convirtiendo en una costumbre dentro de la sociedad española. Cada vez son más las zonas de España que se apuntan a una moda que parece no tener fin.
Las tapas son esas pequeñas cantidades de comida que se sirven en los bares o restaurantes para acompañar a la bebida.
Su origen es del todo incierto. No obstante, se suele argumentar que el origen etimológico de la palabra ‘tapa’ proviene de la costumbre antigua de tapar las copas y vasos de vino en las tabernas y mesones con un trozo de pan o con una rebanada de jamón, para impedir que entrasen moscas y mosquitos, o que se depositase polvo en el interior.
En Pastamanía, apuntamos que existen otras denominaciones de la tapa como ahora ‘poteo’ en el País Vasco o ‘Alifara’ en Aragón y Navarra. ‘Avisillos’ o ‘llamativos’ también han sido otros de los nombres que han recibido las tapas a lo largo de la historia debido a que habitualmente son consumidos antes de una comida principal.
Dentro de las clásicas y típicas tapas encontramos las aceitunas, los frutos secos y el pan con embutidos, aunque a día de hoy, y dependiendo de las regiones, ya podemos encontrar miniplatos sobre un tierno trozo de pan con diversas variantes.
En Pastamania entendemos que el acompañante de la tapa ha ido variando a lo largo de los tiempos por regiones. El txacolí en el País Vasco, el cava o Penedès en Cataluña, ribeiro en el norte, por Asturias lo acompañan con sidra, por Castilla el vino joven o de Rioja, en el centro sur suelen utilizar el vino fino y en nuestra zona cerveza.