Pagina 66, Noticias de Alcoy y de El Comtat

Alcoy en el País de las Maravillas

Artículo de opinión de Salva Pérez.

Salva Pérez

La Micropsia o síndrome de Alicia en el país de las maravillas es un trastorno neurológico que afecta la percepción visual. Los sujetos que padecen esta enfermedad perciben los objetos mucho más pequeños de lo que realmente son y mucho más lejos de lo que están en realidad.

 

Trastorno que parece ser sufren todos aquellos que ocupan el sillón principal del consistorio municipal. Se empeñan en ver los problemas de la ciudad más pequeños de lo que son en realidad. Hablan y hablan sin parar mientras están en la oposición o durante la campaña electoral. Pero cuando tienen que sentarse en el sillón del poder, ese trono que han obtenido gracias a la credibilidad de los ciudadanos a su locuacidad, en ese instante, es como si el sillón tuviera un agujero y cayeran cual Alicia por la madriguera al país de las maravillas.

 

No se dan cuenta que al tiempo que ellos caen en esa inopia arrastran a la ciudad y, por supuesto, a sus ciudadanos. Algunos ciudadanos no quieren vivir en el país de las maravillas y abandonan la ciudad; ya somos menos de 60.000. Y según la previsiones el descenso será continuado. ¿Qué han hecho los partidos políticos al respecto? La oposición frotarse las manos al confirmarse su profecía vaticinada a principios de año. El gobierno municipal tirar balones fuera diciendo que somos la población de más de 50.000 habitantes de menor descenso. Pero hemos descendido. Ese es el quit de la cuestión. No hay que pedir estudios pormenorizados; no hay que alegrarse diciendo: “te lo dije”. Hay que buscar soluciones sin demora. De no tomar medidas en el corto plazo seguiremos persiguiendo al conejo blanco como éste persigue el tiempo. Porque el tiempo pasa y no vuelve.

 

Cuando Alicia se encuentra con la oruga, ésta le pregunta: “¿Quién eres tú?” A lo que la niña responde: “He cambiado tantas veces que ya no sé quien soy”. Alcoy ha cambiado tantas veces que ni nosotros mismos sabemos quienes somos; ¿somos ciudad industrial, dormitorio o quizás seamos ciudad de servicios? Es lo primero que tenemos que hacer, definir nuestra personalidad y con esa base construir el futuro de nuestra población. Si no sabemos donde vamos, no sabremos que camino elegir. Si para ello hay que silenciar a los seguidores de la Reina de Corazones; sí, a esos que define perfectamente el señor Sedano como los del “NO A TODO”, a esos que cuando se intenta realizar un proyecto para el beneficio de la ciudad piden con voz en grito: “¡que le corten la cabeza!”, se les tendrá que silenciar con los argumentos correspondientes.

 

Alcoy es como una persona mayor, la cual en apariencia es más joven pero cuando te fijas en sus manos las ves trabajadas y cansadas. A la ciudad le ocurre lo mismo. El aspecto general es bueno pero cuando profundizas en sus calles te das cuenta que está vieja, aletargada, que sigue siendo la misma desde hace muchos años.

 

Mientras todo aquel que se siente en el sillón del pleno caiga por el agujero, continuaremos viendo gatos con rayas que desaparecen, flores que cantan, proseguiremos celebrando las no fiestas de Moros y Cristianos y la no cabalgata más antigua con el Sombrerero loco —porque parece ser que es de lo único que vivimos—, seguiremos detrás del conejo blanco intentando alcanzar el tiempo perdido; la ciudad persistirá en el país de las maravillas.

 

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