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CUANDO LA OPACIDAD SE HACE OBRA

El largo proceso de las obras del puente Fernando Reig

Redacción - Lunes, 16 de Abril de 2018
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Desde el ‘todo normal’ hasta la huída corriendo tras el ‘crac’ del tirante.

20 meses cerrado y 11'6 millones de euros invertidos es un resumen de lo acontecido en el puente Fernando Reig si solamente nos fijamos en una parte de la cosa noticiable y nos alejamos del problema real que ha supuesto su cierre para la movilidad de vehículos y personas.

 

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Han sido casi dos años complejos que han puesto en evidencia el problema que supone la dependencia de Alcoy a sus puentes sin haber previsto vías alternativas. Y por si fuera poco, a modo de la maldición de las siete plagas, llega un temporal cuatro meses después del cierre del viaducto atirantado y destapa problemas dormidos en la Beniata aderezados con la incapacidad de las administraciones para unir soluciones.

 

PRIMERAS OBRAS

La reparación comenzó en febrero de 2016. Las obras, con una duración inicial prevista de un mes y una inversión inicial de 1,5 millones de euros.

 

Se cortó al tráfico solamente un carril. La Dirección General de Carreteras del Estado explicó que se trataba de la primera actuación a conciencia en el viaducto. Las obras respondían a las conclusiones del informe del año anterior. La intención era reparar y consolidar los problemas detectados en los tirantes y plataforma, además de subsanar los problemas en las barandillas.

 

A mitad de obra, en abril, llegó la visita del delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues. Las explicaciones de Emilio Peiró, ingeniero jefe de la Unidad de Carreteras del Ministerio de Fomento hablaban de barandillas, protecciones para los peatones, y nuevo asfaltado, además de revisión de tirantes por si acaso, pero nada más. No se esperaban más consecuencias, tanto que durante las fiestas el puente abrió dos carriles. Anunciaron que las obras acabarían en verano.

 

DE REPENTE, CERRADO

Llegó el verano, pero no el final de las obras, sino todo lo contrario. Fomento comunicó al Ayuntamiento que había habido unos imprevistos y que clausuraban el paso de vehículos y personas por el Fernando Reig durante un mes. Confusión total en los plazos de cierre al tránsito. Pocos días más tarde se recuperó un carril, aunque por poco tiempo.

 

Dos semanas y un día después, el 28 de julio, la Policía Local recibió una llamada desde la dirección de la obra para avisar de que el puente quedaba cerrado totalmente, a la vez que sus trabajadores desalojaban el puente. Se escuchó “un ruido fuerte”, como describió a Página 66 un sorprendido concejal de Seguridad, Raúl Llopis, quien no acababa de entender el hermetismo de Fomento. Los operarios salieron huyendo de la plataforma temiendo lo peor ante el “pequeño terremoto” que sintieron tras ese primer crujido en las entrañas de los tirantes del puente.

 

Esa misma tarde una ingeniera del Ministerio de Fomento examinó el tensor en cuestión y toda la estructura del viaducto sin encontrar daños significativos. En los siguientes días hubo más revisiones, incluso contactos con algunos responsables de la construcción hacía 30 años para preguntar qué podría estar pasando. Se volvió a abrir la vía a vehículos y peatones, aunque muchos pasaron con recelo y la mirada hacia los tirantes.

 

OTRA VEZ DE REPENTE CERRADO

Nuevo cierre para teóricas comprobaciones, nueva apertura porque no había peligro, hasta que en el caluroso mediodía del 8 de agosto, a las 14.30h un nuevo chasquido obliga al cierre y deja sorprendidos a todos. Para empezar, Delegación del Gobierno informa que el ‘crac’ en cuestión se escucha durante las operaciones de cambio de un tirante, cuando la versión oficial anterior aseguraba que este trabajo no iba a ser necesario. Por otro, la Policía Local preguntó la causa por la que debían proceder al cierre del tráfico sin obtener respuesta. Por último, no hubo ninguna comunicación con el Ayuntamiento, hasta el punto que el concejal de Seguridad condenó “la opacidad total” de los responsables de la rehabilitación.

 

En los siguientes días supimos que, efectivamente, se iba a sustituir el tirante, cuestión que acabó ocurriendo el 1 de septiembre. A partir de ahí, silencio hasta después de Reyes. El lunes 16 de enero de 2017, cinco meses después del ‘crac’, Gobierno Municipal y portavoces de los grupos políticos con representación municipal recibieron explicaciones oficiales en Valencia. Hasta la primavera de 2018 continuarían las obras, costarían en total 11'6 millones de euros y se cambiarían todos los tirantes, para lo que sería necesaria la construcción de toda una infraestructura provisional.

 

Y TODO SE COMPLICA MÁS

Por si faltaba algo, el 22 de enero el temporal que afectó a la comarca produjo el derrumbe del margen de lo que había sido Maquinaria Ceres en la Beniata. Quedaba intransitable la salida provisional de Alcoy hacia Alicante.

 

Fomento anuncia en mayo que ya había hecho la licitación de la obra, con dos meses de retraso y que empezaba la reparación. Las primeras grúas sobre el terreno se vieron a finales de julio y hasta un mes después no vimos un tirante blanco, nuevo color de los tensores, que encima tienen luz por la noche, quizás, como en Caperucita, para mirarlos mejor.

 

 

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