El Valencia Bàsquet y el UCAM Murcia, habituales de la parte alta de la liga ACB, han vuelto a traer baloncesto de altura a Alcoy.

El más pequeño de ellos puede medir 1'90. El más alto superar los 2'10. Son jugadores de baloncesto de élite que han visitado Alcoy para enfrentarse en un partido amistoso. El público ha respondido y ha llenado el pabellón Mutua Levante, donde se han podido ver incluso personas de pie en la parte más alta de las gradas.

Hacia tres años que Valencia Bàsquet y UCAM Murcia no visitaban Alcoy. Este encuentro se había convertido en un amistoso de referencia, una especie de punto de partida para la pretemporada jugado en una ubicación más o menos equidistante entre Valencia y Murcia. Gracias a las gestiones del Nou Bàsquet Alcoi, organizador del choque, junto al apoyo del Ayuntamiento y de Mutua Levante, se ha podido retomar esta tradición.

Familias completas, padres, madres, hijos, e incluso sobrinos, de Alcoy y comarca, seguidores del Murcia de sangre caliente tanto para protestar a los árbitros como para aplauidr a sus jugadores y seguidores del Valencia provistos de un par de pancartas. Todos se han dado cita en el Francisco Laporta para asistir a este primer partido de pretemporada de ambos contendientes cuando aún no ha finalizado el mes de agosto.

Más allá del partido y del resultado final, un contundente 85-58 a favor de los valencianos, ambos equipos han demostrado ser unos auténticos gigantes dentro y fuera de la cancha. Dentro, por las jugadas espectaculares que han desarrollado y que han sido muy aplaudidas por el público, como algunos mates y en especial un tapón de los llamados 'pinchos de merzula'. Pero sobre todo, gigantes fuera de la pista.

Primero por la ovación que los propios jugadores han dado al público presente y después por la paciencia al salir del vestuario para fotografiarse con todos y cada uno de los seguidores que han querido tener un recuerdo de haber estado muy cerca, tocando, a estos gigantes. No importaba que Rafa Martínez, máximo anotador histórico del Valencia, estuviese hablando con otro compañero. Detenía su conversación y posaba junto a los pequeños, al tiempo que agradecía los mensajes en los que se le deseaba una rápida recuperación de su lesión con un 'Merci'. Tampoco importaba que Dublevic hubiese sido MVP de la final de liga que el Valencia le ganó el Madrid. Tan grande como bonachón, sujetaba por los hombros a los pequeños seguidores que no le llegaban ni a la cintura.

Y una muestra más de lo grandes que eran estos jugadores. Sus peticiones. Nada de lujo. Dos bocadillos por jugador -hay mucho cuerpo que rellenar y sobre todo tras el esfuerzo- por parte del Valencia. Para los murcianos un pic-nic con elementos combinados como arroz, pasta y algo de pollo. Eso sí, una cantidad interminable de... botellas de agua.

Por último, destacar la labor callada de los componentes del Nou Bàsquet Alcoi. Técnicos, directivos, jugadores... muchos de ellos estaban en el Francisco Laporta desde las cinco de la tarde. Mención especial a tres de ellos: los chicos y chicas de la mopa, jugadores de categorías inferiores del club que han tenido que emplearse a fondo para secar el sudor del parqué tras cada caída. Destacable también el directivo Jordi Bou, al que la mejor forma de localizarlo era quedarse quieto en un sitio puesto que seguro que acababa apareciendo, así como al presidente del club, Salva Monzó, feliz y al tiempo aliviado al ver el pabellón tan lleno.

Quien sabe si este partido se transforma en un futuro en un triangular o en un trofeo de pretemporada al estilo de aquella desaparecida Liga de Verano ACB por la que pasaron los Gasol, Navarro, Ricky, Rudy y tantos jugadores. Según Jesús Villarreal, jefe de prensa del Valencia Bàsquet, "jugar en Alcoy, es jugar en casa". Al equipo de Juan Roig -esta vez no se le vio- lo tenemos convencido. Un primer paso está dado. Y para convencerlos aún más, una figura de Sant Jordi que se llevaron los dos equipos.