Fanáticos de esos que se saben hasta la talla que utilizan los ciclistas. Aficionados al deporte que se conocen algunos nombres. Gente con pancartas para que sus familiares les vean, de refilón, durante dos segundos en la tele. Ciudadanos del mundo que han salido a la calle a ver qué pasaba. Todos ellos han disfrutado del nuevo paso de la Vuelta Ciclista a España por nuestra zona.

La etapa entre Gandía y el Balcón de Alicante ha transcurrido, entre medias, por términos municipales y municipios como los de L’Orxa, Beniarrés, Gaianes, Muro, L’Alqueria, Cocentaina, Alcoy o Benilloba. Por supuesto, esto significa mucho más que el paso de más de un centenar de ciclistas de élite.

La caravana ha sido, como es habitual, un sinfín de colores. Coches, motos, megáfonos, sponsors publicitarios, agentes de la Guardia Civil y técnicos de los mejores equipos del mundo en esto de las dos ruedas a pedales.

En Página66 nos hubiera gustado poder estar en cada uno de los puntos de interés del recorrido por nuestra zona, pero hemos tenido que elegir y nos hemos colocado al principio del puerto de Benilloba, justo a la salida de Alcoy. Tras esta caravana, han llegado los ciclistas, en tres tandas, incluida en una de ellas el pelotón.

Apenas unos pocos minutos ha durado su paso, ya que esto del ciclismo en las grandes vueltas es más la preparación previa, escoger el lugar para verlos, llegar hasta él, esperar mucho tiempo y luego disfrutar de momentos fugaces. Pero eso forma parte de la magia de un deporte que siempre arrastra a las masas. Lástima que esos fans no hayan podido contemplar la subida final en el Balcón de Alicante, cerrado al público para evitar posibles incendios en la zona.

Por cierto, la etapa la ha ganado el australiano Storer, quien por pocos segundos ha levantado los brazos por delante del español Verona. Pero a nosotros lo que nos interesaba era mezclarnos en el ambiente del camino recorrido por la llamada ‘serpiente de color’ que, un año más, ha contentado a público de todo tipo.

Muchos recordarán este paso por algún bidón que habrán recogido. Otros, por ser la etapa en la que Alejandro Valverde, después de una caída, ha tenido que abandonar. Sea como sea, cada vez que hay Vuelta a España es motivo de alegría.