El sueño de Cals Flares se ha esfumado tras 17 años haciéndolo realidad. El Centre Social Okupat i Autogestionat Cals Flares ha sido desalojado este jueves 26 de septiembre tras tres intentos en fechas pasadas que al final acabaron con la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria) retirando la orden de desalojo.

La hora prevista para la llegada de la comitiva judicial era a las 10h, pero los antidisturbios han llegado un par de horas antes. A las 8h, como ha explicado a Pagina66 Jordi Arques, miembro de Cals Flares, “éramos alrededor de 20 personas sentadas en la puerta, protestando pacíficamente contra el desalojo, y nos han ido sacando uno a uno”. Ha contado que, a causa de los estirones de los agentes, “hay algún herido leve”.

El proceso ha sido “muy rápido”, según palabras de Arques, quien ha narrado cómo una vez fuera les han retenido durante unos 30 minutos antes de dejarles reunirse con el resto de manifestantes, alrededor de un centenar, en la calle Sant Nicolau.

Tras la llegada de la comitiva judicial, a la hora indicada, los manifestantes han seguido protestando con cánticos ante la mirada de los antidisturbios. Poco después, se ha efectuado el desalojo y se ha desconvocado la movilización.

“Nuestro abogado nos ha comunicado que ya no se podía llevar a cabo ninguna gestión”, ha manifestado Arques, quien piensa que “las otras veces la Sareb se ha echado atrás por las movilizaciones, pero también porque intentaron vender o alquilar el edificio al Ayuntamiento para sacara dinero”.

“Tenemos dudas de que puedan sacar fácilmente el edificio a la venta”, ha recalcado sobre un espacio que algunos vecinos han observado cómo se quedaba sin agua o luz mientras por el tejado pasaban técnicos que iban a cortar estos suministros.

Sobre el futuro de las actividades que llevaban a cabo en este espacio, Arques ha resaltado que hacen una “valoración positiva de estos 17 años, con un lugar muy necesario para la ciudad, dispuesto a colectivos y personas que quisieran hacer cosas sin tener el dinero presente, de manera gratuita y abierta”.

De una manera u otra, en un lugar o en otro, pero con el mismo espíritu, los miembros de Cals Flares hoy están “digiriendo la situación”, pero en el futuro seguirán intentando hacer lo mismo que hasta ahora. Su lucha no ha terminado.