Dijo este domingo Jordi Castañer en la retransmisión que, si le pidieran un cinco con los jugadores más significativos de la parte de la historia del Alcodiam que él conoce, que no es poca, estaría Ferran Formatjé. Y dijo que estaría a la altura de otros míticos de recuerdo imborrable, como Manolo Rubio o Toni Martínez. Seguro que buena parte de la afición está de acuerdo.

Formar parte de ese quinteto ideal tiene que ver con la calidad, con la técnica de un jugador, pero es algo de mayor calado. El Patín Alcodiam Salesiano, el PAS Alcoi, es, ante todo, una familia. Sin lazos de sangre, pero sí de afinidad emocional. Eso lo explica todo. Ferran ha sabido sumarse a este clan. Su entrega ha sido total: es el ídolo de los peques del club, reconocimiento sincero ganado con la sonrisa de quien sabe que él fue uno de ellos en Girona y que su ilusión debe ser recompensada. La directiva lo sabe y, desde el momento en el que vio que ya no se le podía retener más, no ha parado de mostrarle su cariño en gestos discretos y sinceros.

En cuanto a los compañeros de equipo, solamente hay que fijarse en el recibimiento que le hacen los que marcharon cuando se encuentran en alguna pista. Si ponemos el foco en la grada, todavía nos emociona recordar todo el pabellón en pie aplaudiendo este domingo cuando Formatjé se salió del azul del Miguel Sarasa.

En el guion que utilizamos en el directo para cantar y contar los goles, las faltas y las directas, consta que lo ficharon en el Tordera con 16 años, y que a Alcoy llegó en 2013, se marchó dos temporadas al Trissino italiano y volvió en la temporada 2020/2021. ¡Cuántas veces hemos leído con orgullo estas líneas! Esa ficha la guardaremos en nuestro panel de buenos recuerdos, a la espera del autógrafo que le falta, una mañana de esas que Ferran dedica a mostrarle el manejo del stick a Adrià.

Este último partido, todo un play-off por el título de la OK Liga, ha sido entero un homenaje a Ferran Formatjé. Hemos preparado un vídeo especial, porque merece más que la crónica de la semana. Antes de comenzar el encuentro, el presidente, Andrés Hernández, le entregó una placa de agradecimiento. Después, tuvo que dar un paso adelante durante la locución de las alineaciones ante la ovación del público. A un minuto del final, hizo su último cambio como profesional, dijo adiós a todo el pabellón, se fundió en un cariñoso abrazo con su equipo, con su entrenador, y se sentó a ver la cuenta atrás de la bocina. Tras los saludos entre equipos, con más besos y abrazos, un pasillo de honores hacia los vestuarios con sticks de amigos y de hasta cuatro campeones del mundo, porque así es la plantilla del Barça. Mejor no hubiera podido pasar.

Después, la pista, más llena que nunca, cientos de fotos y autógrafos, mucha emoción y un Ferran aguantando su emoción y la de los suyos. “Si me retiro porque estoy mayor, no voy a hacer ahora una gran fiesta, no la aguantaría”, bromea Ferran entre muestras de cariño cuando le comentamos que se lo pase en grande en la comida de celebración.

Mirad el vídeo. Por cierto, Ferran, que si te arrepientes no pasa nada.

Os dejamos aquí unas imágenes significativas. Haz clic para verlas en grande