Las calles Joan Cantó, Bartolomé J. Gallardo y Diego Fernando Montañés han empezado a ver cómo las obras de repavimentación dejarán esta céntrica zona con un aspecto diferente al actual. El principal objetivo es que tanto calzada como acera queden a una sola altura, con prioridad peatonal.

Esta plataforma única estará hecha con materiales como el granito en diversos formatos y tonalidades, sin bordillos ni barreras arquitectónicas. También se incorporará mobiliario urbano, arbolado, alumbrado eficiente y puntos de información turística, todo sin afectar al subsuelo.

Los sumideros se colocarán en la parte central para una correcta evacuación de las aguas pluviales. Además, se incorporarán bolardos inteligentes supervisados por la Policía local, y que permitirán restringir el acceso a residentes y usuarios autorizados.

“Hablamos de un espacio que combina patrimonio, cultura, conocimiento e innovación, y que necesitaba una transformación que lo hiciera más amable y accesible para la ciudadanía. Con esta actuación avanzamos hacia un modelo de ciudad más habitable, cohesionada y comprometida con su identidad histórica, pero también con los retos de sostenibilidad que nos marca Europa”, ha explicado la concejala de Urbanismo, Vanessa Moltó.

El contrato, adjudicado a la empresa Pavasal, costará 470.163,83 euros. El proyecto forma parte de las ayudas a municipios para la implantación de zonas de bajas emisiones y la transformación digital y sostenible del transporte urbano, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado con fondos europeos Next Generation EU.

Las obras seguirán la línea llevada a cabo en otras zonas cercanas como las calles Sant Josep, Sant Maure, Santa Rita, El Tap y Sant Francesc.