El Pont de Sant Jordi podría sufrir carbonatación y Guanyar Alcoi ha recordado que ellos advirtieron al Gobierno Municipal en dos ocasiones sobre este problema de estructura del viaducto que une la Alameda Camilo Sesto y el Centre.

Durante el verano de 2019, el Gobierno Local puso en marcha un estudio estructural del Pont de Sant Jordi para poder después redactar el proyecto de la tercera fase de obras en la vía, consistente en asegurar y mejorar el estado del puente. Para esto se cerró el tráfico durante unas horas y días después se analizó el estado de los pilares desde la parte baja del puente.

Después de estos estudios, la posible carbonatación de los pilares encarecería las obras de la siguiente fase. Es aquí donde Guanyar ha manifestado que en septiembre de 2017 su grupo alertó de esta posible anomalía en el puente y pidió información al respecto al Gobierno Municipal. Casi un año después, en agosto de 2018, Guanyar volvió a pedir informes sobre el estado de estos pilares y ahora se han quejado de que “la gestión del gobierno es lenta y no del todo acertada”, ya que “dos años después se lleva a cabo un estudio que confirma nuestros planteamientos y se dan cuenta de que la obra es complicada”.

“Esperamos que las actuaciones que se llevan a cabo no afecten a las obras que ya se han ejecutado anteriormente y se tenga que deshacer alguna cosa que ya se ha hecho. Si comenzar la casa por el tejado provoca gastos innecesarios lo tendrían que asumir ellos por irresponsables”, ha señalado Pablo González, concejal de Guanyar, quien pedirá explicaciones en las próximas comisiones informativas.

¿QUÉ ES LA CARBONATACIÓN?

La carbonatación es un fenómeno natural que de forma habitual se da en los elementos estructurales de hormigón armado. Suele considerarse como un fenómeno normal  y no suele tener más repercusión.

 

La causa no es otra que la propia naturaleza del hormigón, que contiene elementos disueltos, como el hidróxido de calcio, de sodio y de potasio. Con el tiempo se produce una reacción química al entrar en contacto con el dióxido de carbono de la atmósfera.

 

El problema viene cuando queda desprotegida la armadura, que puede oxidarse. Este proceso las expande y rompe el hormigón, que pierde parte de sus propiedades y de debilita.