
La Carrasca - Ecologistes en Acció ha vuelto a sacar a la actualidad alcoyana el ‘proyecto de mejora del acceso sur, tratamiento paisajístico y conexión verde para ciclos y peatones del BIC del Molinar’. Y lo ha hecho con nuevas alegaciones sobre una iniciativa que ya ha sido modificada tras su planteamiento inicial.
La primera propuesta del Ayuntamiento de Alcoy fue crear un eje ciclopeatonal en la zona colindante a la antigua carretera N-340, entre la glorieta de intersección con la carretera a la Font Roja y la glorieta de El Molinar. Esto suponía la ampliación de la vía actual en dos carriles por sentido para vehículos motorizados en el tramo de alrededor de 700 metros entre las rotondas.
En su momento, Guanyar presentó alegaciones para incluir un carril de bici segregado en cada dirección de circulación, con el fin de aumentar la seguridad de los ciclistas y contribuir a un modelo de movilidad más sostenible. Estas fueron aceptadas y el proyecto siguió adelante con un carril único en cada dirección para los vehículos motorizados.
Ahora, pese a estos cambios, los ecologistas creen que son insuficientes y han propuesto “un proyecto más seguro, económico y respetuoso con el paisaje y el patrimonio”.
El principal problema que han señalado es “la construcción de un nuevo vial de 6 metros de anchura para el acceso motorizado desde la rotonda del Molinar, que tiene como única finalidad permitir, en una segunda fase, llegar en coche, e incluso en autobús, hasta la misma entrada a la galería de la conducción de aguas y pasando por el mismo lado de la fábrica de los Solers".
Según La Carrasca, “con el acceso propuesto, los ciclistas tendrían que continuar por el carril bici hasta la rotonda del Molinar, que tendrían que circundar absurdamente, compartiendo la circulación con los vehículos motorizados, lo cual además de alargar el recorrido comporta un mayor peligro”.
Además, han remarcado que “mantener el acceso actual evitaría tener que alargar la acera de la parte norte de la carretera y el carril bici hasta la rotonda, donde ya no tiene ninguna continuidad y se evitaría construir un nuevo vial que tendría un fuerte impacto, porque discurriría por una zona con pendientes fuertes y generaría taludes importantes, con el consiguiente riesgo de derrumbes”.
Para los ecologistas, lo más grave tras la apertura del ramal llegaría en el futuro, tras una segunda fase “que comportaría un impacto todavía mayor, encajando un vial más ancho sobre la pista actual, en un espacio que sería insuficiente si no se hicieran grandes excavaciones en la vertiente rocosa”. Todo ello, con el fin de potenciar las visitas al conjunto del Molinar y facilitar el acceso motorizado hasta el mismo núcleo del paraje, cosa que La Carrasca considera que “alteraría su configuración y paisaje, generando a la vez un impacto inaceptable”.
"Es un hecho constatado que una mayor oferta de acceso motorizado indiscriminado hasta el mismo corazón de los parajes naturales facilita que acudan personas sin ningún interés ni respeto por sus valores naturales y culturales, cosa que puede provocar su degradación y vandalización", han añadido.
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